La visualización de datos consiste en representar información de interés a través de elementos visuales como gráficas, tablas, mapas u otro tipo de imágenes. Es una herramienta poderosa de comunicación ya que permite observar tendencias, comparativas y relaciones entre nuestros datos. Nos ayuda a contar una historia de manera concisa, ya sea acompañada de un artículo, presentación, o, por sí misma, en una infografía.
Gracias a su gran capacidad de comunicar, las visualizaciones de datos son ubicuas; aparecen en noticieros, artículos, aplicaciones, en diversas áreas e industrias. Sin embargo, algunas veces, la historia que nos cuenta un gráfico no refleja de forma tan cercana la realidad de los datos. A pesar de construirse con los datos correctos, puede ser que terminemos con gráficos engañosos, ya sea intencionalmente o simplemente por accidente.
A continuación te compartimos cómo identificar tres problemas recurrentes:
- Gráficas de barras con escala truncada
Las gráficas de barras son una excelente opción para observar una comparación entre dos o más rubros. Sin embargo, al comprimir o expandir la escala de la gráfica se puede acentuar o atenuar una diferencia. Por ejemplo, en las siguientes dos gráficas se presenta exactamente la misma información pero la impresión que genera cada una de ellas es diferente:
Cuando la escala va de 45 a 60, la diferencia parece más grande que cuando vemos la información con una perspectiva completa, es decir, iniciando la escala empieza en cero. Si te topas con una gráfica de barras de este tipo, pregúntate si el “zoom” en la escala hace sentido con los datos que estás viendo o si se está tratando de exaltar una diferencia que en realidad no es tan grande (o viceversa).
- Gráficas circulares comparativas
Las gráficas circulares están diseñadas para mostrar proporciones de un todo. Al contrario de las gráficas de barras, en general no son buenas para mostrar comparativas, ya que a los humanos nos es difícil percibir pequeñas diferencias basadas en área. Observemos la diferencia entre las siguientes dos gráficas:
Aún sin etiquetar los valores, en la gráfica de barras podemos reconocer que la opción D (amarilla) es la que tiene un mayor valor y que las opciones A y B (azul y naranja) son exactamente iguales, mientras que en la gráfica circular es mucho más difícil llegar a esta conclusión, lo único realmente claro es que la opción E (verde) es la menor.
- Uso de 3D injustificado
En general, el uso de figuras 3D con fines puramente estéticos, es decir, sin que aporten información, es una mala idea. La perspectiva hace que se distorsione el área de la figura, haciéndola más chica o grande dependiendo si está al frente o fondo. Esto únicamente aporta confusión a la persona que observa el gráfico. Retomando la información del ejemplo anterior, pero ahora con un efecto 3D:
No hay un error como tal en éstas dos gráficas, pero la perspectiva las hace aún más confusas que su versión 2D, incluso añadiendo etiquetas. La opción A y B (naranja y azul) tienen el mismo valor, pero una parece más grande que la otra.
Dependiendo de la rotación, incluso la opción C (gris) puede parecer más grande, a pesar de representar un valor más pequeño.
Por supuesto, estos tres puntos, son solo algunos de los aspectos problemáticos de visualizaciones, existen muchos otros. Pero esperamos que éstos te ayuden a consumir y crear visualizaciones de mejor manera. Pon atención cuando veas una gráfica circular y con elementos 3D, ya que tu primera impresión puede estar equivocada.
Por último, recuerda que el primer paso para confiar en un gráfico es hacerse consciente del origen de los datos. Afortunadamente, actualmente muchas infografías incluyen una referencia a la fuente de datos. Es importante ser crítico con la información que se nos presenta en forma de gráficos y tablas, y estar atento a las señales de que la información puede ser engañosa. Si sabemos identificarlos podremos comprender mejor la información que nos están presentando.
